Los padres y las madres casi nunca tienen “vacaciones” de sus hijos, ya que tanto en los fines de semana como cuando ellos tienen sus vacaciones, necesitan seguir atendiéndoles. Por eso, y sobretodo en el verano, bastantes padres tienen que hacer complicados equilibrios organizativos, especialmente en el periodo en el que no coinciden las vacaciones escolares con las suyas.
Las vacaciones es un tiempo para ser aprovechado de formas variadas y conviene hacer una planificación, de manera conjunta entre los padres y los hijos, sobre las actividades a realizar y la manera de desarrollarlas.
Ciertos padres quieren que sus hijos estén ocupados de forma casi permanente, por eso tienden a matricularles en muchas actividades en el curso escolar y hacen algo parecido durante el verano.
Resulta útil que los niños tengan algunas actividades programadas, pero se observa que a veces el miedo de los padres a que se descontrolen o la propia obsesión por los estudios de sus hijos, les lleva a hacer una planificación estricta, basada fundamentalmente en lo escolar y con pocos espacios para el esparcimiento.
Algunas de las actividades que se les planteen a los chicos pueden estar orientadas al aprendizaje, pero que no se basen en repetir ejercicios parecidos a los que han hecho durante el curso, ni tampoco que las hagan simplemente para estar ocupados.
Va muy bien que en la programación estén presentes diferentes tipos de actividades, como: la lectura por placer, la música, la danza, la práctica deportiva, la asistencia a colonias… Y quienes tengan la suerte de tener abuelos, y si además poseen casa en el pueblo, podrán disfrutar al aire libre y recibir el cariño que sólo los abuelos dan de una forma tan especial.
Para cuando los niños estén en casa no pueden olvidarse de la realización de algunas de las tareas de la casa: fregar, hacer la cama... La televisión, el ordenador, los videojuegos…, podrán formar parte de dicho plan, aunque requieren un control del tiempo, de los programas de televisión que ven y de las visitas a las páginas de Internet.
Por supuesto que se incluirán otros periodos para que ellos jueguen libremente y elijan qué desean hacer. Tampoco hay que olvidar que además se necesitan otros momentos para que padres e hijos compartan tiempos y actividades.
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