dimarts, 20 de març del 2012

¿SE PREPARA A LOS NIÑOS PARA TOMAR DECISIONES?



A veces escuchamos expresiones, como: “Y tú, ¿qué harías?”, “No sé qué hacer”, “Es que… no sé”, las cuales suelen indicar que, quién las dice, tiene dificultades para decidir.

Va bien distinguir entre la duda racional o la duda como método que plantea Descartes, de la duda emocional, la cual se caracteriza por: falta de confianza en uno mismo, sentirse dominado por otros, cambio frecuente de opinión o de decisión o pedir continuamente consejos.

Los fundamentos de la indecisión son variados, pero hay uno de ellos que es bastante dañino: la sobreprotección. Las niñas y los niños sobreprotegidos no pueden entrenarse en elegir porque los padres, de manera continuada, deciden por ellos la ropa que se ponen, los libros que leen, etc., con lo que, sin darse cuenta, les están incapacitando en esa parcela.

Los niños necesitan dar los pasos oportunos para conocer el funcionamiento de las cosas y experimentar las consecuencias de sus actuaciones. Si esto no se hace así, cuando tienen que enfrentarse a situaciones en las que no está el padre o la madre, suelen sentir miedo, inseguridad o dificultades para decidir. Entonces necesitan a alguien que les diga qué hacer, cómo, cuándo..., lo cual les genera mucha dependencia, limita su autonomía y merma su autoestima.

Cuando alguien tiene duda emocional entre dos o más opciones, lo que corresponde es procurar centrarse e incorporar la certeza interior, para lo cual se hace preciso aprender a confiar en la propia sabiduría e intuición, y dejar atrás las vivencias de inseguridad y de falta de confianza en uno mismo.

Para trabajar la seguridad y la determinación se empezará invitando a los niños a que tomen pequeñas decisiones: si pinta el dibujo azul o verde, si prefiere borraja o judías verdes… Después conviene ayudarles a analizar las ventajas e inconvenientes de las posibles decisiones y, finalmente, a asumir las consecuencias de las mismas, las cuales será adecuado analizar para cuando haya situaciones parecidas.

También va bien que los padres escriban en un lugar visible y repitan a sus hijos, si es posible haciendo una relajación, estas frases: “Aprendo a tener confianza en mí”, “Lo que decida estará bien”, “Aprendo a tener determinación” y “Necesito aprender a proteger mis propios criterios”.